EL RASTRO DE TU SANGRE EN LA CALLE
- clubdelapelea
- 27 nov 2019
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EL RASTRO DE TU SANGRE EN LA CALLE
“Yo he visto en la noche oscura llover sobre mi cabeza los rayos de lumbra pura de la divina belleza”
José Martí.
Octubre fue rojo. Noviembre escarlata. De día y de noche las tonalidades de nuestra América se funden entre la grisácea humareda de las trincheras de caucho hirviente y el fétido lacrimógeno que se esparce sobre las húmedas cavidades de calles angostas, donde respira la gente huyendo de las tropelías con la policía y el ESMAD.
La noche de ayer, oscura como las anteriores, olía a lágrimas y sangre. Dilan fue otra estrella que se elevó anoche en nuestro manto celeste incendiado. Incandescente, brilla al lado de Nicolás David Neira, Julián Salas, Dimar Torres y tantas fugaces vidas que nos alumbran en estas horas largas de incertidumbre social. Una constelación de vidas sacrificadas es el recuerdo de cada batalla en días de furia como estos.
La calle, el coliseo romano abierto. El espacio moderno de la batalla social. La arena, el cemento, el duro rastrillo a donde va a parar la sangre, los casquillos de los gases, los perdigones, los balines, cuando no pegan en los ojos de los gladiadores callejeros.
Pero la mancha, el rastro de tu sangre en la calle, no se confunde, ni se mezcla, se funde en nuestras manos como la textura de guerreros se pintan el rostro, asumiendo el escarlata como armadura simbólica en la pelea. Tu rastro es nuestro símbolo, olemos a ti y nos fundimos en los pasos tras tus huellas.
Nos hierve la sangre, pero más nos endurece el cuero, ya no hay dolor suficiente que nos ablande la piel y nos doblegue las fuerzas. Ellos que tienen armadura, casco, botas y macanas, no llevan la sangre en las venas abiertas como la nuestra. Lo que brota de la rabia de un caído les traspasa su traje de guerra.
Ahora tenemos la calle como panteón, el lugar donde fuiste a luchar guarda tu memoria. Allí rendiremos tributo y evitaremos que pisen tu nombre y manchen tu vida. Los pétalos de las flores de espera y resistencia, llegaron con la primavera que brota la roja esperanza del nuevo amanecer.
Ve con calma al nido del crepúsculo donde alumbra la paz y el alivio.
Aquí ya es de noche y suenan las cacerolas, al igual que las campanas tañen el anuncio. Son los estudiantes, han salido a protestar, siguen tus pasos, las huellas de una noche de guerra como estas, candente como tu luz, que está arriba acompañándonos con las otras estrellas.
TOM KING
26N/19
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